libro Observación e identificación de nubes
Una de las actividades que puede hacer cualquier ser humano en un día cualquiera
es observar la atmósfera y recrearse en las maravillas que la adornan.Uno de los elementos
que se pueden analizar a simple vista, sin instrumentos y desde el suelo, son
las nubes. Esta tarea tan simple, e importante, se viene haciendo desde tiempos
ancestrales para diversos fines.
Una nube es la materialización física y visual del vapor de agua atmosférico que, al
cambiar de fase (líquida o sólida) y agruparse, forma estructuras que cubren total o
parcialmente el cielo. La interacción de la luz solar con las gotitas y cristalitos de
hielo hace que las nubes aparezcan, preferentemente blancas, otras veces son grisáceas
e, incluso, negras ante la vista. Los rayos del sol al amanecer y atardecer adornan
a las nubes de variados colores característicos.Una nube se puede definir como
“una porción de aire enturbiada por el vapor de agua condensado en forma de gotitas
líquidas, pequeñas, numerosas, en cristalitos de hielo o en esferitas congeladas o por
mezcla de ambos elementos”. Esta definición ha sido extraída del “Manual del
Observador de Meteorología” del Instituto Nacional de Meteorología, INM.
Vemos que una nube es una aglomeración fundamentalmente formada por gotitas de
agua o hielo, o ambas juntas, que se hacen visibles de forma notoria y están suspendidas
en el aire.De esta definición tenemos que no son nubes las estructuras formadas
por las irrupciones de polvo, arena, material arrojado por volcanes o cualquier otro
tipo de materia en suspensión.
Otras definiciones de nube son algo más amplias y generales.He aquí otro ejemplo:
“conjunto variable de partículas minúsculas de agua líquida o de hielo, o de ambas
cosas a la vez, en suspensión en la atmósfera. Este conjunto puede contener partículas
de agua líquida, de hielo o ambas a la vez de mayores dimensiones y partículas procedentes
de, por ejemplo, vapores industriales, de humo o de polvo”. La última definición,
que ha sido tomada del “Vocabulario de términos meteorológicos y ciencias afines”,
incluye la posibilidad de que la nube esté formada por pequeñísimas partículas
sólidas y liquidas, por otras mayores de su mismo género y proclives a producir precipitación,
y otras partículas generadas por actividades humanas o naturales. Este
hecho es lo más frecuente, aunque la mayor parte de la población de partículas debe
estar formada por elementos minúsculos de agua líquida, hielo o cristalitos de hielo.
Las estructuras formadas mayoritariamente por partículas de polvo, hollín, polen,
material volcánico, humos, etc. se denominan también como nubes en una acepción
más general. En esta unidad sólo trataremos los sistemas atmosféricos nubosos formados
mayoritariamente por gotitas líquidas, sólidas o juntas a la vez.
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